Con una exigencia de cambios profundos por parte de la sociedad, y a semanas del plebiscito por un cambio de la Constitución, aún quedan preguntas para el análisis y futuras decisiones.
Nada está dicho aún. El Proceso Constituyente en Chile es tan líquido como la participación de los pueblos indígenas y de las mujeres en esos espacios de decisión desde la institucionalidad. Y era de esperar. Pues la posibilidad de una nueva Constitución nace de las masivas movilizaciones que irrumpieron la agenda país, con múltiples demandas. En esa diversidad, los Pueblos Originarios también se sumaron a las protestas en la rotonda Tucapel con carteles en mano declarándose contra la minería, bailes y whipalas al viento, donde las mujeres indígenas salimos a la calle en defensa del territorio en la “primera línea” del territorio aymara y quechua de la zona.
De esta forma, la sociedad, desde el enojo y hartazgo, exige cambios profundos, donde la nueva Carta Magna se levanta como una herramienta necesaria para el país que la “calle” pide. En este escenario cabe entonces plantearnos preguntas para el análisis y futuras decisiones. Si se entiende que las Constituciones son Pactos Sociales, ¿Por qué el Estado (que mantiene deudas históricas diferentes con los pueblos originarios en Chile) no realiza “pactos” de igual a igual con cada uno de ellos?
Otro aspecto relevante a considerar es la participación que los gobiernos han garantizado a los pueblos originarios desde el regreso de la Democracia. Donde en el largo listado de experiencias, ha demostrado que nuestra opinión es solo de carácter informativo, a excepción de las Consultas Previas Indígenas amparadas en el Convenio 169 de la OIT, no obstante, han sido fuertemente cuestionadas también, a tal punto que la última consulta nacional sobre la modificación de la Ley Conadi tuvo un rotundo rechazo por los pueblos, proceso que finalmente el mismo gobierno suspendió.
“LAS MUJERES INDÍGENAS SALIMOS A LA CALLE EN DEFENSA DEL TERRITORIO”
Entonces, tras el Pacto por la Paz acordado por los partidos políticos -donde los pueblos ni siquiera somos nombrados-, con la Comisión de Expertos y discusión en el Congreso proponen “escaños reservados”, ¿en algo cambiarán las garantías de participación para los pueblos? Cada pueblo ha establecido diferentes formas de relacionarse con el Estado, cada pueblo tiene sus demandas particulares y cada pueblo responde a una historia diferente, ¿por qué tendríamos que reducirnos a unos cuantos escaños y bajo los mecanismos que nos ha excluido, más aún con un Estado que no ha establecido una relación simétrica, sino que desde la subordinación? ¿Acaso la vía es plantear Asambleas Constituyentes por pueblos indígenas e interlocutar de igual a igual con la Convención que decidan las y los chilenos? Este es el momento de decidir por y entre nosotras y nosotros, y ejercer la autonomía y autodeterminación. Hay mucho por conversar aún, de acuerdo a nuestros tiempos, territorios y formas y, sobre todo, mucho por crear y levantar, más allá de cómo nos dicen que sería mejor o cómo lo han resuelto otros pueblos en el mundo.
Por Leyla Noriega
Comments